Robert y Suzie regresan al hotel Nam Kok montados los dos en un Rickshaw y cuando Robert la va a entrar al bar ella dice que no quiere, que se ha olvidado el cinturón en su habitación y vale treinta dolares de Hong Kong. Robert acepta que suba y una vez allí Suzie dice: "No está debajo de la silla, no está debajo de la cama, no está en el suelo, ¿dónde esta?" Pero luego se para, se sonríe y le confiesa a Robert que se lo ha dejado en su casa pero quería subir a su habitación. Robert la coge por los brazos y le dice que tiene que irse pues él quiere dormir. Ella se resiste y apoyada en la puerta le dice a Robert que tiene buen corazón y que la hace sentirse como la chica rica y buena. Robert se queda un poco parado per acerca su cara para besarla, sin embargo, en ese momento un marino llama equivocadamente a la puerta. Suzie abre los ojos y Robert dice que se ha equivocado, pero el momento de magia se ha roto y Robert le dice que tiene que irse. Ella le da las gracias por la cena pero le dice que es una pena que no sepa aceptar un regalo. Cuando Suzie se ha ido, Robert, enfadado, tira su chaqueta sobre la cama. Y a la mañana siguiente Suzie ya está en la terraza con la bahía de Hong Kong de fondo y no para de poner poses hasta que Robert le tira una manzana para que se esté quieta.
Por la noche, Suzie Wong llega al bar anexo al hotel Nam Kok y busca a un marino que la entre. Encuentra a uno que le dice que sí y entra, pero cuando está dentro le da las gracias y le dice adiós y el marinero se queda mosqueado diciéndole que si no le había pedido que entrara y ella le responde que ya la ha entrado y que gracias, dirigiéndose a donde están sus amigas a las que les dice que tiene que subir al cuarto de Robert porque está loco por ella y si se retrasa le pega.
Suzie ha subido a la habitación de Robert que le dice que hoy no la necesita para nodelar y no sabía a donde llamarla para decírselo. Ella dice que le da igual y entra. Robert le dice que tiene que vestirse y ponerse los pantalones. Suzie le responde que a ella le da igual que se los ponga o se los quite y Robert empieza a ponerse los pantalones, pero Suzie le dice que está muy flaco y que si le da permiso ella lo engordará dándole de comer cerdo. Robert le responde que como no es su novia no tiene derecho a decirle si está flaco o no y decide marcharse pues a pesar de que le dice que se va a una cena a casa de los O'Neil ella dice que se queda allí y Robert un poco harto de su terquedad se va y Suzie se queda.
En la casa de los O'Neil están cenando todos los amigos europeos y Ben cree reconocer a Robert pero no está seguro de qué. En la conversación, el Sr. O'Neil habla de que tiene un hermano chino para fastidiar a los invitados que son todos xenófobos con los chinos. Al final Ben se acuerda de quien es Robert y lo va a decir pero la mirada de Robert hace que se calle y guesa si que
arde silencio.
La secuencia de arriba no sale en la novela puesto que la familia O'Neil no existe y Kay es una enfermera que conoce mucho más tarde. Sin embargo, la escena siguiente en la que Suzie se lleva a sus amigas a la habitación de Robert y les enseña sus cosas y les dice que está loca por ella y para demostrarlo llama a recepción y pide que traigan té y pastas de arroz para seis, ésa si que aparece con sus lógicas modificaciones, la principal es que la visita la hace estando Robert presente.
En esta secuencia de Suzie y sus amigas vuelve a salir la frase "A quien pueda concernir" ya que Suzie saca la carta de presentación de la mesilla de noche de Robert y la abre y hace como que sabe leer, y les dice que esa es una carta de presentación que dice "A quien pueda concernir" y se la entrega a las amigas para que vean que pone eso mismo, al menos al comienzo que es lo que ella ha hecho ver que ha leído.
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